miércoles, 24 de diciembre de 2014

sábado, 20 de diciembre de 2014

FATIGA



La fatiga es el síntoma más común de la esclerosis 
múltiple y, en muchos casos, se convierte en uno de los 
peores, ya que puede llegar a repercutir enormemente 
en la calidad de vida de los afectados.


Como otros síntomas, muchas veces es difícil distinguir la
fatiga derivada de la esclerosis múltiple, ya que también 
puede estar causada por otros factores. 

Aún no se conoce la causa exacta del cansancio como síntoma de la enfermedad, aunque sí se puede combatir y superar de diferentes formas, con el objetivo de que no repercuta negativamente en la vida diaria de los pacientes.

Las personas con esclerosis múltiple que sufran fatiga
deben, en primer lugar, detectar la fuente de este 
cansancio.



Existen diferentes causas a evaluar antes de determinar que 
se trata de un síntoma de la esclerosis múltiple. 
Así, primero, hay que valorar otros factores que pueden incidir en el cansancio como el clima, los medicamentos que toma el paciente, los trastornos de sueño, o la depresión y el estrés.

Si se descartan estas causas y si el cansancio está, 
vinculado a la EM, existen tres tipos de fatiga:

  • La fatiga relacionada con problemas de movilidad: 

La esclerosis múltiple puede provocar que actividades fáciles
y cotidianas se conviertan en un sobreesfuerzo para los 
afectados, y por lo tanto, produzcan cansancio.
Entre los problemas de movilidad destacan la ataxia,
relacionada con la falta de coordinación muscular, y la
espasticidad, vinculada a la rigidez de los músculos. 
Estas dificultades pueden tratarse mediante estiramientos o
con equipos que faciliten la movilidad del paciente.
  • La fatiga relacionada con problemas respiratorios: 

Uno de los síntomas más graves de la esclerosis múltiple es 
su incidencia en la respiración del paciente. Esto provoca 
que cualquier actividad pueda llegar a agotar y aumente el 
cansancio. Para tratar este tipo de fatiga, se puede recurrir a 
ejercicios de respiración para mejorar el funcionamiento de 
los pulmones o a un terapeuta ocupacional que le aconseje 
sobre aparatos que ayuden a respirar.
  • Fatiga primaria de la EM: 

Se trata de un diagnóstico por eliminación, cuando ya se ha 
comprobado que las otras dos causas no son la fuente del 
cansancio.
 En el caso de la fatiga primaria, la causa no está 
identificada, y por lo tanto, determinar un tratamiento es 
más complicado.


Las soluciones se basan en estrategias marcadas por 
especialistas y en medicamentos recetados.


Muchas veces, algunos cambios en el estilo de vida 
pueden ayudar a mitigar dicho cansancio.

Medidas tan simples como:


  • seguir una dieta saludable, 
  • dejar de fumar, 
  • tener un horario planificado de actividades, 
  • mantener el cuerpo a una temperatura fresca,  
  • realizar ejercicios de relajación.


Pueden ayudar de manera sorprenderte a reducir el nivel de fatiga, sin necesidad de soluciones médicas.




Si todos estos recursos no son suficientes y la fatiga sigue 
repercutiendo en la vida de la persona, se debe recurrir a un 
experto en equipo adaptativo, que evalúe su estado y cree 
las denominadas


Estrategias de Eficacia de Energía (EEE)

Así, según la situación, creará un programa de ejercicios 
aeróbicos, le aconsejará posibles cambios en sus aparatos 
para que le sean de máxima ayuda, valorará modificaciones en el ambiente de la casa del paciente y de su puesto de trabajo para mejorar su calidad de vida.

La fatiga es uno de los tres síntomas que más les afecta, y que su repercusión en la vida cotidiana es significativa, aunque fluctuante. 
Así, se confirma una vez más que la 
fatiga es uno de los principales síntomas de la EM.

lunes, 8 de diciembre de 2014

El calor y la Esclerosis Múltiple, 10 tips!




En el hemisferio sur, comienzan los días de más calor y como sabemos la mayoría de los  pacientes con esclerosis múltiple sufren el calor con gran intolerancia.
Y empeoran los síntomas y principalmente la fatiga.
Entonces aquí les dejo 10 tips para combatir el calor y poder disfrutar de actividades al aire libre.



1. Aire acondicionado. Un remedio muy importante para luchar contra el calor, especialmente, si se puede disponer de un aparato en la habitación, ya que puede ser de gran ayuda para dormir y pasar unas noches más agradables. Del mismo modo, es recomendable visitar lugares que dispongan de aire acondicionado y temperaturas frescas, como centros comerciales o bibliotecas, por ejemplo. Si no se puede disponer de aire acondicionado en casa, un deshumidificador y varios ventiladores también pueden ayudar a crear un mejor ambiente.

2. Mantener el sol fuera de casa. Es importante evitar que el sol, especialmente el de mediodía, entre en casa y aumente la temperatura general. Por ello, es recomendable que las persianas se mantengan bajadas, principalmente entre las 11h y las 14h.

3. Duchas y baños de agua fría. Cuando las temperaturas son muy altas, los baños de agua fría pueden suponer una gran satisfacción, especialmente antes de salir a la calle y de ir a dormir. Incluso, el simple hecho de remojar los pies o las muñecas en agua fría ayuda a bajar la temperatura del cuerpo.




4. Practicar ejercicio moderado. El ejercicio es muy importante para las personas con EM, pero hay que tener especial cuidado cuando las temperaturas son altas; no es recomendable practicar deporte durante las horas de máximo calor. Tampoco se debe ser demasiado exigente y siempre es aconsejable tomar una ducha de agua fría a continuación, para recuperar la temperatura del cuerpo.

5. Nadar. Si es posible, la natación es el ejercicio más aconsejable durante el verano. Trabaja la mayoría de grupos musculares, la movilidad y el equilibrio, a la vez que mantiene una temperatura baja del cuerpo.

6. Vestir ropa de fibras naturales. Estos tejidos permiten la transpiración de la piel. Por ello, es aconsejable vestir ropa de algodón o de lino y de colores claros. De la misma manera, es mejor escoger la ropa de cama de las mismas características; las sábanas de algodón absorben el sudor y permiten que la piel respire.

7. Utilizar ropa refrescante. Actualmente, existen prendas, como sombreros o chalecos, formadas por cristales de gel que retienen el frío cuando se mojan.

8. Llevar sombrero. Los rayos de sol que caen directamente sobre la cabeza tienen un gran impacto en la temperatura corporal, por ello, es importante protegerla con un sombrero o una gorra.

9. Buscar la sombra. Cuando se pasee por la calle, es importante escoger aquellos caminos que dispongan de más sombra.

10. Llevar bebida fría. Siempre que se esté cierto tiempo fuera de casa cuando las temperaturas son altas, es importante llevar bebidas frías. Pueden congelarse para que se mantengan frescas e ir bebiendo a medida que se derriten, así como utilizarlas para refrescar el cuello y la cara.



Es importante mantenerse fresco e  

hidratarse con abundante agua.